Las abejas recogen el polen con una meticulosidad sorprendente. En su vuelo de flor en flor, utilizan sus patas posteriores para acariciar las antenas y las glándulas de polen de las flores. Este proceso tan preciso les permite recoger y compactar el polen en pequeñas bolas que adhieren a sus patas.
Fuente natural de vitalitad y energía.
Una vez cargadas, vuelven a la colmena donde almacenan este preciado recurso como fuente esencial de proteínas para sus crías y otros productos apícolas. El apicultor recolecta el polen de la colmena con cuidado, utilizando técnicas específicas para asegurar su calidad y preservar la salud de las abejas.
Destacamos
Composición
Se considera que el polen es un superalimento por su elevado contenido nutritivo.