LAS ABEJAS Y LA NATURALEZA
Las abejas, junto con otros agentes polinizantes, son imprescindibles para el buen funcionamiento del ecosistema. Si estas especies están amenazadas por los efectos de las malas acciones por parte del hombre, todo el ecosistema se ve seriamente afectado. Las abejas, como otros polinizadores, son bioindicadores, su desaparición representaría la inviabilidad de la vida en el planeta.
Las abejas obreras son las especialistas en explorar el terreno alrededor de la colmena por varios kilómetros. Cuando detectan alimento, informan al resto de obreras que valoran su calidad y comienzan unas danzas circulares para indicar su localización. La abeja recoge néctar de las flores chupándolo, lo guarda en el abdomen y lo transporta al panal. Después, combina el néctar con sustancias propias, lo almacena y lo deja madurar en los panales de la colmena. Extrae la humedad y cubre las celdas con cera para una mejor conservación.
La miel resultante se utiliza como alimento para mantener el calor durante la estación fría. La obrera también se encargar de recolectar el polen para alimentar a las crías de las abejas y elabora la jalea real y el propóleo.
LAS PROTAGONISTAS
Las obreras
Son la base de la colonia, encargadas de muchas tareas que van alternando a lo largo de su vida, como hacer de niñeras, guardianas, constructoras y recolectoras de alimento, a las cuáles se dedican con empeño y generosidad.
La reina
Es la madre de toda la colonia, es capaz de poner varios miles de huevos al día, según las condiciones ambientales y alimentarias. La reina solo se alimenta de jalea real.
El zángano
Es el macho a cargo de la fecundación de la reina. Aunque hasta hace poco su presencia se consideraba inútil en la colonia, recientemente se ha descubierto que contribuye a la ventilación cuando las temperaturas son más altas.