Si las épocas de floraciones se ven acortadas debido a las altas temperaturas de verano, la entrada de néctar se verá seriamente afectada, provocando una producción de miel considerablemente más baja.
La Varroa es un ácaro que parasita sobre las abejas debilitando su sistema inmunitario. Llegó a Cataluña a principios de los 80 del pasado siglo.
El cambio climático hace que las estaciones del año se vean afectadas, cuando tenemos primaveras y otoños muy cortos las abejas no pueden aprovechar toda la floración y la entrada de alimento se verá seriamente perjudicada. Las altas temperaturas registradas en los últimos veranos hacen que las abejas sufran mucho y tengan trabajo en encontrar fuentes naturales de agua.
Si no la tratamos a tiempo, la varroa se va multiplicando y puede acabar con toda la colmena de abejas además de ser portadora de muchas enfermedades que afectan a las abejas.
La forma hexagonal es la que mejor aprovecha el espacio, y, por tanto, la que puede guardar más cantidad de miel.
La miel no tiene fecha de caducidad pero tiene un tiempo de consumo preferente de 2 años desde la fecha de envasado. A partir de esa fecha la miel va perdiendo sus aromas y propiedades nutritivas.
Varía según la tipología de flor, y la consistencia puede ser fluida, viscosa, cremosa y estar total o parcialmente cristalizada.
El néctar es un zumo azucarado que producen algunos órganos de las flores, y que chupan algunos insectos.
El aroma y sobre todo las propiedades de la miel comienzan a degradarse y desnaturalizarse a partir de temperaturas superiores a los 42 ºC.
Son insectos que nunca duermen, lo que hacen es descender el ritmo de trabajo y así descansan.
Las abejas polinizan unas 170.000 especies distintas de plantas.
Es necesario el trabajo que realizan 12 abejas durante toda su vida.
Una abeja debe visitar 4 millones de flores y recorrer una distancia equivalente a dar la vuelta al mundo cuatro veces.